BONARDA
   
         
               
   
La Bonarda, se supone que fue introducida por inmigrantes italianos a fines del siglo XIX y llegó acompañada de la barbera, dolcetto, nebbiolo, grignolino, sangiovesse, buonamico, raboso veronés, tocai friulano, rebbiano, moscato bianco y prosecco. El origen de estas variedades nos remite al Piemonte, Friuli y Toscana donde se habían cultivado desde tiempos inmemoriales llevando denominaciones locales. Con esta cepa se elaboran vinos perfumados y secos, ricos en color que con su guarda se tornan armoniosos y de una marcada acidez no excesiva. Son vinos livianos, bajos en taninos, ideales para consumir dentro del año de su elaboración.

Nuestros Comentarios:
Es una cepa muy interesante y que se deja tomar.

   
               

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